Primera actividad de Judas (1 Mac 3)
81Mientras tanto, Judas el Macabeo y sus compañeros, entrando a escondidas en las aldeas, convocaban a sus parientes y reunían a los que habían permanecido fieles al judaísmo. Así, juntaron unos seis mil.
2Suplicaban al Señor que mirase al pueblo pisoteado por todos y se compadeciera del santuario profanado por hombres impíos; 3que se apiadara de la ciudad destrozada, a punto de ser arrasada por completo; que escuchara el clamor de la sangre que clamaba al cielo; 4que recordara el injusto exterminio de niños inocentes y las blasfemias pronunciadas contra su Nombre, y que mostrara su rigor contra el mal.
5En cuanto el Macabeo organizó a su gente, se hizo invencible a los enemigos, porque la ira del Señor se cambió en misericordia. Llegaba inesperadamente a ciudades y aldeas y las incendiaba, tomaba posiciones estratégicas y ponía en fuga a numerosos enemigos, 7aprovechando sobre todo para estas operaciones la complicidad de la noche. La fama de su valentía se extendía por todas partes.
8Al ver Felipe que aquel hombre progresaba poco a poco y que conseguía éxitos cada vez más frecuentes, escribió a Tolomeo, gobernador de Celesiria y Fenicia, para que defendiese los intereses reales. 9Tolomeo eligió inmediatamente a Nicanor, de Patroclo, de rango superior entre los Grandes del Reino, y lo envió al frente de una muchedumbre abigarrada, veinte mil por lo menos, para exterminar a toda la raza judía, y le agregó a Gorgias, un general con mucha experiencia militar.
10Con la venta de esclavos judíos, Nicanor contaba completar los sesenta mil kilos (de plata) del tributo que el rey debía a los romanos. 11Despachó en seguida mensajeros a las ciudades de la costa, invitándolas al mercado de esclavos judíos, prometiendo entregar noventa esclavos por treinta kilos (de plata), sin sospechar el castigo del Todopoderoso que se le venía encima.
12Cuando le llegó a Judas la noticia de la expedición de Nicanor, informó a su gente de la proximidad del enemigo, 13los cobardes y los que no esperaban la venganza de Dios huían a refugiarse en otros sitios; 14pero los demás vendían todo lo que les quedaba, rogando al mismo tiempo al Señor que librara a los que el impío Nicanor había vendido ya antes de la batalla, 15y si no por ellos, al menos por las promesas hechas a sus padres y por invocar sobre ellos su Nombre augusto y magnífico.
16El Macabeo reunió a sus seguidores en número de seis mil y los arengaba a no asustarse ante el enemigo ni temer a la inmensa turba de gentiles que los atacaba injustamente. Al contrario, que luchasen con valentía, 17teniendo ante los ojos la insolencia criminal de aquéllos contra el lugar santo, las injurias y burlas contra la ciudad y además la supresión de las antiguas instituciones. 18Dijo:
-Ellos confían en sus armas y en su audacia, pero nosotros confiamos en el Dios Todopoderoso, que con un gesto puede deshacer a nuestros atacantes y al mundo entero.
19Les enumeró las intervenciones de Dios en favor de sus antepasados, aquella del tiempo de Senaquerib, cuando perecieron ciento ochenta y cinco mil, 20y la batalla contra los gálatas en Babilonia, cuando llegaron al combate ocho mil en total, más cuatro mil macedonios, y a pesar de verse desbaratados los macedonios, los ocho mil aniquilaron a ciento veinte mil, gracias a la ayuda del cielo, y consiguieron mucho botín.
21Enardecidos con aquellas palabras, quedaron dispuestos a morir por la patria y las leyes. Entonces Judas dividió al ejército en cuatro cuerpos; 22puso al frente de cada uno a sus hermanos Simón, Josefo y Jonatán, asignando mil quinientos hombres a cada uno. 23Además ordenó a Eleazar que leyera el libro sagrado. Y después de darles como contraseña <<¡Dios ayuda!>>, él mismo se puso al frente del primer cuerpo, y atacó a Nicanor.
24Y con el Todopoderoso como aliado, mataron más de nueve mil enemigos; dejaron heridos y maltrechos a la mayoría de los soldados de Nicanor, y los hicieron huir a todos. 25Recogieron el dinero de los que habían ido con intención de comprarlos. Y después de perseguirlos bastante tiempo, se volvieron, frenados por lo tarde que era, 26pues era víspera de sábado, y por eso no pudieron perseguirlos más lejos. 27Les recogieron las armas, despojaron los cadáveres enemigos y celebraron el sábado, alabando y agradeciendo solemnemente al Señor por haberlos conservado hasta aquel día señalado por Dios como comienzo de la misericordia.
28Después del sábado dieron parte de los despojos a los damnificados, a las viudas y los huérfanos el resto se lo repartieron ellos y sus hijos. 29Después de hacer el reparto tuvieron rogativas públicas, pidiendo al Señor misericordioso que completara su reconciliación con sus siervos.
30Lucharon también contra los de Timoteo y Báquides, y les mataron más de veinte mil; se apoderaron de muchas plazas fuertes de montaña, y distribuyeron muchos despojos a partes iguales entre ellos, los damnificados, los huérfanos y las viudas, más los ancianos. 31Les recogieron las armas y las almacenaron cuidadosamente en sitios estratégicos; 32Los restantes despojos los llevaron a Jerusalén. Mataron al comandante de las tropas de Timoteo, un hombre de lo más impío, que había hecho muy mal a los judíos. 33En las fiestas de la victoria en la capital quemaron vivos a los que habían incendiado las puertas santas y a Calístenes, que se había refugiado en una casilla, y recibió así la paga que merecía su impiedad.
34El bandido Nicanor, que había llevado a mil comerciantes para la venta de judíos esclavos, humillado, 35gracias a Dios, por los que él consideraba los últimos, despojado de sus ropajes suntuosos, como un esclavo fugitivo, solitario, a cambo traviesa, llegó a Antioquía, muy afortunado en comparación con su ejército derrotado. 36Y el que esperaba pagar a los romanos un tributo con la venta de esclavos de Jerusalén, proclamaba que los judíos tenían un defensor y que eran invulnerables por seguir las leyes que él les había impuesto.
Explicación.
8 Hay que comparar este capítulo con los primeros del primer libro de los Macabeos para apreciar la técnica y la preocupación de nuestro autor. Allí se ve surgir la resistencia, la rebelión de Matatías, se ve progresar a Judas Macabeo; es una exposición histórica estilizada. Aquí Judas surge de improviso y en un momento llega al zenit: todo se reduce a una batalla contra Nicanor y otras luchas con Timoteo y Báquides. Incluso la batalla no tiene casi nada de acontecimiento militar, salvo el reparto en cuatro cuerpos y las bajas enemigas; el verdadero esquema de la batalla, es: oración inicial - arenga religiosa - acción de gracias. Es casi el esquema de 2 Cr 20, la victoria de Josafat sobre Edom.
La clave la da el verso 5º: "la ira del Señor se cambió en misericordia". Visión teológica es puro esquematismo.
El antagonista no sólo es derrotado, sino que sale burlado en el asunto de los esclavos: el autor comenta con gusto retórico el cambio de suerte. El castigo de la Ley del talión también se aplica a otros (v. 33).
8,1 Ni en 5,27 ni aquí se presentan los antecedentes familiares y biográficos de Judas: o el autor los da por conocidos o los calla a propósito. Judas surge como un "juez salvador", pero sin la vocación de un Gedeón o Sansón. Macabeo es mote o título, no nombre familiar. No se menciona su estirpe sacerdotal, y sus credenciales serán la asistencia de Dios en la batalla.
Judaísmo es palabra técnica, que ya hemos leído en 2,21. El "convocar" al principio del capítulo quizá haga eco a la compasión y exhortación del capítulo precedente (parakaleo-proskaleo). La resonancia continua en la siguiente súplica (epikaleo).
8,2-4 Seis argumentos para mover a Dios. Es de notar el orden: pueblo, templo, ciudad. Dios es tradicionalmente el "vengador de la sangre": aquí entran los mártires mencionados y todos los muertos en la injusta persecución. De modo especial son inocentes los niños, porque no han pecado (anamarteton).
8,5 Según 1 Mac 3,8, Judas "apartó de Israel la cólera"; aquí, en cambio, el paso a la misericordia ya se ha realizado, por la muerte de los mártires.
8,6-7 Se supone que son ciudades y aldeas enemigas, o de judíos que han apostatado. Según 1 Mac 2,46 y 3,8, Judas purificaba las ciudades extirpando a los apóstatas y circuncidando a los niños. Aquí, en cambio, encontramos una especie de consagración al exterminio por el fuego.
8,9 La empresa es decisiva: se trata de "exterminar la totalidad", no sólo de reprimir un grupo de rebeldes. El autor excluye prácticamente de esa totalidad a los apóstatas, como si no fueran ya de raza judía.
8,11 El título "Todopoderoso" se concentra sobre todo en esta sección: 6,26; 7,35.38; 8,11.18.24. El precio ofrecido es irrisorio, según los usos de la época: el autor muestra el desprecio que Nicanor siente por los judíos y prepara el desenlace de burla. Léase como fondo Sal 44,13: "Vendes a tu pueblo por nada, no lo tasas muy alto".
8,13 "Los cobardes": véase 1 Mac 3,56 y las disposiciones legales de Dt 20,5-8. La conjunción "y" podría ser explicativa: los cobardes por falta de confianza en el Dios justiciero.
8,14 Equivale a un vender todas las posesiones para salvar la libertad o para vender cara la vida.
8,16 1 Mac 4,6 da la cifra de tres mil.
8,17 Se invierte el orden de los términos. Las instituciones son la politeia, término favorito del autor, con el cual liga la Ley a la ciudad y a los ciudadanos.
8,18 Sal 20.
8,19-20 Si la primera es un hecho clásico en la tradición, de la segunda no hay noticias en la biblia. Los Gálatas del Asia Menor eran proverbiales por su valor; Macedonios designa aquí a tropas sirias.
8,21 La "patria" es otra palabra querida del autor.
8,22 Es excepcional en este libro mencionar a los hermanos. El autor quiere concentrar, y de hecho sólo menciona, el ataque de Judas.
8,23 Así tiene la batalla un carácter litúrgico. Podría tratarse de la arenga de Dt 20,34, que forma parte de la Ley sobre la guerra, o también de otros textos militares, como la oración antes de la batalla, Sal 20. El grito de guerra es explicación del nombre Eleazar.
8,25-27 Estos guerreros respetan el sábado, no como los de 1 Mac 2,41. Así resulta la víspera de sábado el comienzo de la misericordia y el sábado sirve para la acción de gracias, que se celebra en el mismo campo de batalla, sin volver todavía a Jerusalén.
8,28 Lo mismo que de la cosecha, los pobres deben participar del botín de guerra (véase el paralelismo de Is 9,2); porque la victoria es un acontecimiento nacional; la legislación antigua no habla de ello: 1 Sm 30,25.
8,29 Reuniendo en un verso la reconciliación de 7,33 y la misericordia de 7,23.29, la victoria queda bien anclada en la narración y la petición se abre hacia el futuro.
La continuación natural es el vv.34; 30-33 parece una inserción.
8,30-33 Se trata de acontecimientos posteriores, como muestra el primer libro de los Macabeos. Timoteo es el enemigo en 1 Mac 5; Báquides es general bajo Demetrio y se opone a Jonatán (1 Mac 9,23-72). Además, la actividad en Jerusalén parece presuponer la purificación del templo, narrada en 10,1-8. El v.33 es dudoso: quizá todos los culpables se habían refugiado en una casilla, a la que los vencedores aplican fuego (como en Jue 9).
8,34-36 El recurso retórico de los contrastes es el mismo que en el episodio de Heliodoro (2,27ss); también la confesión forzada el enemigo. Nicanor queda en reserva para otro suceso capital.
La referencia a las "leyes impuestas" cierra recapitulando la serie de referencias: 6,23.28; 7,2.9.11.23.30.
No hay comentarios:
Publicar un comentario